¿Has escuchado hablar de primeros auxilios emocionales?
Cuando ocurre un accidente doméstico como una quemada leve o un raspón la mayoría de las personas sabe inmediatamente que hacer. Para este tipo de situaciones solemos tener en nuestros hogares un botiquín de primeros auxilios con lo primordial: algodón, gasa, adhesivo, vendas, analgésicos, alcohol, agua oxigenada, etc.
Hace poco mientras limpiaba la casa me corte con el borde metálico de la ducha y mi sobrino de 10 años supo exactamente qué hacer para atender la emergencia: lavar la herida con agua limpia y jabón, aplica presión para detener el sangrado, una solución desinfectante, una gasa… ¡y listo!
Este procedimiento oportuno que aplico mi enfermero favorito evito que la herida se infectara, después algunas curas de mantenimiento y finalmente solo quedo una pequeña cicatriz que con el tiempo ha ido desapareciendo.
Y es que comúnmente desde niños nos educan para saber cómo atender una herida leve, sin embargo, nadie nos educa para saber qué hacer ante una herida emocional.
Con las heridas emocionales sucede exactamente lo mismo que con las heridas físicas, ocurren de manera inesperada y se apoderan de nosotros generando angustia, dolor y otros síntomas que varían en intensidad dependiendo de la gravedad del accidente emocional.
La gran diferencia está en que no tenemos un botiquín de primeros auxilios emocionales y tampoco sabemos qué medidas aplicar para evitar que esa herida se infecte. Y lo peor es que estos accidentes ocurren con igual e incluso más frecuencia que los accidentes físicos, porque aprendimos a tener cuidado con los cuchillos, a ver por donde caminamos, etc., pero no aprendimos a protegernos de las emociones.
"La aplicación de las técnicas adecuadas en el momento oportuno ante situaciones de emergencia emocional, puede evitar secuelas que afecten la calidad de vida de las personas sometidas a estas situaciones".
Estados de estrés continuado ante situaciones cotidianas, perdidas, duelos, cambios bruscos, accidentes, alteraciones sociales, desastres naturales, etc., pueden afectar notablemente la calidad de vida de las personas que viven estos eventos e incluso de aquellos que les atienden y cuidan.
Nuestro cuerpo está diseñado para vivir en equilibrio interno, ese estado de equilibrio interno se conoce como Homeostasis.
Por ejemplo, ante una situación de peligro o agresión podemos reaccionar con miedo o ira y en ambos casos nuestro cuerpo sufre alteraciones fisiológicas necesarias que lo prepararan para enfrentar esa situación, ya sea huyendo o defendiéndonos.
Cuando sentimos miedo o ira, nuestro cerebro reacciona enviando órdenes a nuestro organismo, acelerando nuestra respiración, aumentando el ritmo cardíaco, tensando nuestros músculos, dilatando nuestras pupilas y otra gran cantidad de cambios que alteran nuestra fisiología natural.
Hasta cierto punto eso es bueno ya que el miedo nos protege de peligros y la rabia nos permite defendernos, el problema está en mantener por un tiempo prolongado esas emociones.
Esas alteraciones fisiológicas son inevitables por tanto no las podemos controlar, lo que si podemos hacer es manejarlas de manera que nos produzcan el menor daño posible.
Una forma adecuada de manejar este desequilibrio es a través de los primeros auxilios emocionales.
Normalmente entendemos por primeros auxilios un conjunto de acciones y técnicas que se aplican a las personas que han sufrido un accidente, lesión o evento de salud, para estabilizarlas hasta que llegue la ambulancia con los paramédicos y son remitidos a un especialista si es requerido.
De la misma manera, los primeros auxilios emocionales son un conjunto de medidas y técnicas que se aplican a las personas que necesitan lidiar con sus emociones negativas de una manera sana, para recuperar el equilibrio interno. Al igual que los primeros auxilios convencionales, también se requiere conocimientos y capacitación.
Es muy importante destacar que de la misma manera en que un remedio casero no sustituye un tratamiento terapéutico y un vendaje no sustituye una visita hospitalaria por fractura, estas técnicas bajo ningún concepto sustituyen medicación o tratamientos indicados por un especialista en caso de daños psicológicos graves.
En los próximos posts te hablare más sobre este tema y conversaremos de creencias, pensamientos, emociones y el rol que juegan en la emergencia emocional
Si te gusto comenta y comparte!
Oohh!! Muy interesante amiga Justy! Me encantan estos temas. Estaré pendiente a tus próximos posts.
ResponderBorrarGracias a ti por leerme! Un abrazo
BorrarExcelente publicación de muy fácil comprensión, gracias al lenguaje sencillo y a los acertados, ilustrativos y cotidianos ejemplos que amplían las ideas, garantizando asi que el mensaje llegue a todo lector. Aplaudo tu interés generoso y humanitario de siempre. La temática no podía ser más pertinente en estos tiempos de caos emocional que atravesamos los venezolanos dentro y fuera de nuestro país, sin olvidar la universalidad del contenido. Deseosa estoy de conocer las próximas publicaciones y segura de que ofrecen efectivas herramientas para abordar las crisis emocionales. Felicitaciones Justy! Gracias por compartir tus conocimientos.
ResponderBorrarAgradecida por tus palabras!
BorrarMuy claro e invita a entrar para ver qué más hay! Gracias por compartir tu sabiduría y conocimientos ♥️
ResponderBorrarMuchas gracias! Desde el corazón y la humildad comparto mis experiencias.
Borrar