La inercia emocional y que podemos hacer para gestionarla

Inercia Emocional, Primeros auxilios emocionales, emociones, bienestar

¡Hola! ¿Qué tal te ha ido con el estrés?


¿Pusiste en práctica alguna de las técnicas? ¡Cuéntame! ¿Cómo te fue?

Hoy te quiero hablar de la inercia emocional y tú me dirás… ¿la queeeeeee?

Y es que la inercia emocional no es un término muy conocido, aunque te aseguro que cuando leas de qué se trata te resultara muy familiar.

Imagina esta escena:
Estás discutiendo acaloradamente con una persona, puede ser tu mamá, tu hijo, tu pareja, cualquier persona. La trifulca está tomando dimensiones insospechadas y de repente te das cuenta que ya no tienes argumentos para seguir peleando.

Decides que ya está bueno, llegas a un acuerdo con la otra parte y terminas la discusión. Te vas a tu habitación y sigues pensando en la discusión, de repente te devuelves y sigues discutiendo, comienzas a sacar en cara cosas de hace tiempo que ni tienen que ver con esta discusión, simplemente no puedes parar de pelear.

Imagina esta otra escena:
Tu mamá está discutiendo acaloradamente con tu hermano, de repente tu hermano se va dando un portazo y la deja con la palabra en la boca. Tu mamá se queda con la rabia acumulada y ella enfila hacia ti que estás cómodamente sentado escuchando música y pensando en tus cosas. Te dice: ¿Viste lo que hizo tu hermano?... A partir de allí comienza el segundo round, tu hermano se fue y tú terminas comiéndote el lío.

Si te ha pasado esto o algo parecido, has sido víctima de la inercia emocional ya sea porque la has sentido en carne propia o has sido el receptor de alguien que la padece.


¡¡OJO!!
No debemos confundir la inercia emocional, que es la propiedad de la emoción humana por la cual ésta sigue su curso proporcional al impulso que lleva, con la inercia psicológica que es la resistencia de una persona al cambio.


¿Por qué no puedes dejar de pelear?

¿Qué es lo que pasa que aun llegando a un acuerdo de paz o alejándote de la persona con quien discutías, no puedes dejar de pelear?

La respuesta es muy fácil. ¿Alguna vez has derramado agua en una alfombra? Cuando derramas agua sobre una alfombra, corres a secarla, pero la alfombra permanece mojada durante un tiempo hasta que finalmente el agua remanente se evapora y se seca.

Algo similar sucede con nuestro organismo.

Primero hay un factor externo o interno que estimula la respuesta cerebral, enseguida el cerebro comienza a generar sustancias que caen en nuestro torrente sanguíneo y lo preparan para pelear.

En algún momento rescatas tu razón y decides dejar de pelear, el cerebro recibe este mensaje y lo procesa en décimas de segundos, se calma y deja de vaciar sustancias al torrente sanguíneo, pero las que ya estaban allí aún tardan un tiempito en desaparecer y mientras no desaparecen, los cambios de tu cuerpo demoran en revertirse.

Es decir, los pensamientos tal vez hayan cambiado de inmediato pero las alteraciones del cuerpo demoran más en recuperar su estado habitual. Pasan varios segundos antes de que la adrenalina y noradrenalina desaparezcan de nuestro torrente sanguíneo y mientras están allí las respuestas corporales siguen dando coletazos y disminuyendo progresivamente.

Esto es lo que se llama inercia emocional, sabemos que la emoción ya está resuelta, pero seguimos sintiéndola durante unos minutos. Si durante ese lapso de tiempo tú refuerzas tus pensamientos con cosas que te alteran, el impulso te lleva a retomar la emoción con más intensidad.

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Es como un tren de carga en el cual el conductor aplica el freno, pero el tren tarda varios segundos en detenerse, si antes de detenerse el conductor vuelve a acelerar, el tren arranca de nuevo a toda velocidad aprovechando la inercia que trae.

La inercia emocional aplica para cualquier emoción fuerte: rabia, miedo, alegría, etc.

Da igual que sea producto de una pelea, un susto, una montaña rusa o una tirolina,  primero se calma tu pensamiento y minutos después, tu cuerpo.

¿Y cómo se trabaja la inercia emocional?

Esta es una muy buena pregunta, y a estas alturas cuando ya vamos por la lección 10 casi llegando al final de este minicurso de primeros auxilios emocionales, ya tienes muchas técnicas para manejar la inercia emocional.

Ciertamente como hemos dicho desde el principio, la emoción no se puede controlar, ocurre y punto.

También sabemos que una emoción intensa te puede secuestrar y que es necesario romper con ese secuestro (si quieres recordar como romper el secuestro emocional haz clic aquí).


Lo otro que hemos aprendido hoy es que entre el momento en que decides romper el secuestro, hasta el momento en que tu cuerpo se calma transcurren aproximadamente dos minutos de inercia emocional.

¡Dos maravillosos y largos minutos!


Tú decides que hacer con esos dos minutos.

Si con este curso he querido dejarte algo, además de armar tu kit de primeros auxilios, es la importancia de ejercer tu autoliderazgo y gestión emocional. Ser líder de ti mismo pasa por hacerte responsable de tus emociones y reacciones.

Así que en esos dos minutos tú decides si te serenas y rompes con la rumia mental o te sigues dando manija con esos pensamientos que te enganchan a emociones negativas.
  • Respira profundo hasta que voluntariamente normalices tu respiración y tu ritmo cardíaco.
  • Cuenta hasta 10.
  • Raya un papel o rómpelo.
  • Lávate la cara (nada descontrola más a una ínsula activa que recibir un baño de agua en el rostro cuando se supone que está peleando).
Recuerda que, si no hay expresión corporal, no se siente la emoción. No puede haber rabia en un rostro sonriente. Diseña tu propio gesto o acción que interrumpa el bucle emocional.

No olvides que éstas son técnicas de primeros auxilios y funciona para el momento en que se genera la emoción para ayudarte a manejarla, es decir, trata el síntoma, pero luego debes atender la base del problema, identificar lo que te dispara esa emoción y que debes hacer para gestionarla a largo plazo.

¡Ya casi llegamos al final de este mini curso de primeros auxilios emocionales!, así que no te pierdas mi próximo artículo sobre la Intuición y el rol que juega en la emergencia emocional.


¡Nos vemos pronto!





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Comentarios

  1. No sabias que era presa de la inercia emocional con mis hijos. Suelo hacerlo cuando llego al limite de situaciones. Muy bueno el post. Tomaré esos tips en cuenta. Me gustó el de lavarse la cara. Mirarse al espejo y sonreír.. De imaginarlo me da risa jajajaa... Gracias Justy!!

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    Respuestas
    1. Gracias a ti por tu comentario! Es muy importante para mi saber que estos artículos apoyan a las personas a descubrirse a si mismas y tomar medidas para ser mejores versiones de si mismos! Un abrazo

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